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WASHINGTON (21 de abril de 2020)—Las mujeres y jóvenes que reportaron violencia física alguna vez en su vida por parte de sus parejas disminuyó del 55% al 28% entre 1995 y 2016, según un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Global Health. Los investigadores del Instituto Global de las Mujeres (GWI) de la Universidad George Washington, en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en León y la ONG Nicaraguense InterCambios realizaron un estudio de seguimiento sobre la violencia de pareja íntima (VPI) en León, Nicaragua, 20 años después del estudio de prevalencia inicial, titulado Confites en el Infierno.
Dirigido por Mary Ellsberg, directora ejecutiva de GWI, el equipo de investigación también encontró que las mujeres y jóvenes que informaron violencia física por parte de sus parejas en los 12 meses anteriores a las entrevistas de estudio disminuyó del 28% al 8%. Hubo disminuciones similares en la violencia emocional a lo largo de la vida de las mujeres durante ese período de tiempo (del 71% al 42%), así como en el período de 12 meses previos al estudio (del 43% al 23%). No se encontraron diferencias significativas en la prevalencia de violencia sexual a lo largo de la vida de las participantes entre los dos períodos de tiempo.*
“El único otro país que conocemos con una reducción documentada en la prevalencia de VPI es Estados Unidos,¨ según la Dra. Ellsberg. ¨El hecho que Nicaragua, el segundo país más pobre del hemisferio occidental, muestre una reducción de VPI comparable a los Estados Unidos es un logro sorprendente.”
La violencia de pareja íntima (VPI) se define como violencia física, violencia sexual, acoso o daño psicológico por parte de una pareja o cónyuge actual o anterior. Según la Organización Mundial de la Salud, el 35% de las mujeres en todo el mundo experimentan VPI de tipo sexual o física o violencia sexual sin pareja en algún momento de sus vidas. Aunque los esfuerzos para abordar la violencia contra las mujeres y las jóvenes en todo el mundo han aumentado en los últimos 25 años, pocos estudios han examinado un período lo suficientemente largo como para medir adecuadamente las reducciones sostenidas a gran escala en VPI e identificar las estrategias que realmente funcionan para reducir la violencia.
GWI dirigió el estudio en León, Nicaragua, en colaboración con UNAN León, y la ONG InterCambios, comparando la prevalencia de violencia física, emocional y sexual contra mujeres y jóvenes entre 1995 y 2016. Durante ese período, la influencia del movimiento de mujeres nicaragüenses sobre las políticas sociales y los esfuerzos para aumentar el conocimiento de las mujeres sobre sus derechos impulsaron a múltiples sectores de la sociedad nicaragüense a abordar la violencia contra las mujeres y las jóvenes. Dando como resultado reformas legislativas y jurídicas, así como en la colaboración entre la policía, los ministerios del gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y otros para proteger y apoyar a las víctimas.
Los investigadores encontraron:
- VPI física
- A lo largo de la vida (ocurrida al menos una vez durante su vida) disminuyó del 55 al 28%. Esto representa una reducción del 63%.
- La prevalencia a los 12 meses (ocurrida en los 12 meses anteriores a la realización del estudio) disminuyó del 28 al 8%, para una reducción del 70%.
- VPI emocional:
- A lo largo de la vida disminuyó de 71 a 43%.
- La prevalencia a los 12 meses disminuyó del 43 al 23%.
- VPI sexual:
- Se encontró una pequeña disminución de la violencia sexual a lo largo de la vida del 20 al 15%, que no fue estadísticamente significativa.
Los investigadores consideran que la reducción de la violencia refleja una verdadera disminución en la prevalencia de VPI, e indica que dicha reducción no se debió principalmente a los cambios demográficos, tales como mayor educación o edad. Los investigadores concluyen que, como lo demuestra este estudio, la violencia contra las mujeres y las jóvenes se puede prevenir con intervenciones estructurales a gran escala realizadas por grupos de defensoría de la mujer, organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales e internacionales y otros sectores.
Sin embargo, notan que la violencia continue en Nicaragua y la crisis de COVID19 pueda amenazar estos logros. ¨Las defensoras de los derechos de las mujeres se han destacado en el movimiento de oposición que pide reformas electorales y justicia para aquellos que fueron asesinados o detenidos arbitrariamente,” dijo Dra. Ellsberg. ¨En cuanto a la actual crisis de COVID19, podemos suponer que muchas más mujeres experimentarán violencia doméstica, por lo que la necesidad de restablecer los servicios y el apoyo a las mujeres y jóvenes que sufren violencia es aún más crítica.:
Este trabajo fue financiado por la Iniciativa de Investigación de Violencia Sexual a través del Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica.
-GW-
*Los hallazgos del estudio que muestran disminuciones en la prevalencia de VPI fueron recolectados antes de la represión del gobierno nicaragüense contra las protestas sociales, que comenzó en 2018 y desde entonces ha obstaculizado el trabajo de los grupos de defensa de las mujeres en Nicaragua. El estudio tampoco refleja el impacto de la pandemia de coronavirus sobre la VPI en Nicaragua.